Moisés consideró «mayores riquezas el vituperio de Cristo que los tesoros de Egipto, porque tenía la mirada puesta en la recompensa. Por la fe salió de Egipto, no temiendo la ira del rey, porque se sostuvo como viendo al Invisible» (Hebreos 11:26-27).
Cuando sufres por Cristo, llevas Su reproche.
¿Cómo pudo Moisés, quien vivió 1500 años antes de Cristo, soportar su oprobio? Cristo es la forma griega del título hebreo Mesías, el Ungido. Se habla de muchos personajes del Antiguo Testamento como ungidos para un servicio especial al Señor. Algunos han sugerido que Moisés se consideraba un tipo de mesías, pues liberó a su pueblo de la esclavitud egipcia. Traducirían el versículo 26 como: «Considerando el oprobio de su propia condición de mesías como libertador de Dios».
Sin embargo, parece mejor interpretar este versículo como una referencia a Jesús mismo, el futuro gran Libertador. No sabemos cuánto conocía Moisés a Jesús, pero sin duda era más que Abraham, de quien Jesús dijo: «Abraham se regocijó de que había de ver mi día; y lo vio, y se alegró» (Juan 8:56).
El Mesías siempre se ha identificado con su pueblo. Cuando sufren por causa de la justicia, sufren en su lugar. Por eso David dijo: «Los vituperios de los que te injurian han caído sobre mí» (Salmo 69:9). Hablando desde la perspectiva del Nuevo Testamento, Pablo hizo una declaración similar: «Llevo en mi cuerpo las marcas de Jesús» (Gálatas 6:17).
También hay un sentido en el que Cristo sufre con su pueblo. Cuando Jesús confrontó a Pablo, quien perseguía intensamente a la iglesia, le dijo: «Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?… Yo soy Jesús, a quien tú persigues» (Hechos 9:4-5).
Moisés decidió darle la espalda a la casa del faraón e identificarse con el pueblo de Dios porque sabía que sufrir por Cristo era mucho mejor que disfrutar de las riquezas de Egipto. En algún momento, tú también serás perseguido por causa de Cristo (2 Timoteo 3:12), así que prepárate. Cuando llegue ese momento, sigue el ejemplo de fe y valentía de Moisés, sabiendo que Dios será tu escudo y tu recompensa (cf. Génesis 15:1).
Sugerencias para la oración
Siga el ejemplo de los apóstoles agradeciendo a Dios por el privilegio de llevar una pequeña porción del reproche que el mundo dirige contra Cristo (Hechos 5:27-41).
Para estudiar más
Memoriza el Salmo 27:1 como fuente de aliento al enfrentar dificultades.