Por la fe Moisés, hecho ya grande, rehusó llamarse hijo de la hija de Faraón, escogiendo antes ser maltratado con el pueblo de Dios, que gozar de los deleites temporales del pecado (Hebreos 11:24-25).
El mundo tiene poco que ofrecer comparado con las riquezas de Cristo.
Durante cuarenta años, Moisés disfrutó de lo mejor que Egipto podía ofrecer: riqueza, cultura, educación y prestigio formidables (Hechos 7:22). Sin embargo, nunca olvidó las promesas de Dios para su pueblo, Israel.
Entonces, «cuando se acercaba a los cuarenta, se le ocurrió visitar a sus hermanos, los hijos de Israel. Y al ver que uno de ellos era tratado injustamente, lo defendió y vengó al oprimido matando al egipcio. Y supuso que sus hermanos entendían que Dios les concedía la liberación por medio de él; pero ellos no lo entendieron» (vv. 23-25).
De alguna manera, Moisés sabía que debía liberar a su pueblo de la opresión egipcia. Aunque pasarían otros cuarenta años antes de que estuviera completamente preparado para la tarea, por fe abandonó los placeres y el prestigio de Egipto y soportó el maltrato del pueblo escogido de Dios.
Humanamente hablando, Moisés tomó una decisión costosa. Parecía sacrificarlo todo a cambio de nada. Pero fue mucho más cierto lo contrario, pues Moisés consideró «mayor riqueza el vituperio de Cristo que los tesoros de Egipto, pues tenía puesta la mirada en la [mayor] recompensa» (Hebreos 11:26).
A veces, la obediencia a Cristo parece muy costosa, especialmente cuando los malvados prosperan mientras muchos que sirven fielmente a Dios sufren pobreza y aflicción. El salmista Asaf lidió con el mismo problema:
Miren, estos son los malvados; y siempre en paz, han aumentado sus riquezas. Ciertamente en vano he mantenido puro mi corazón (Salmo 73:12-13).
Pero ten la seguridad de que las recompensas eternas de Cristo superan con creces los placeres pasajeros del pecado. A los malvados solo les espera el juicio y el infierno; tú tienes la gloria y el cielo. Así que elige siempre la obediencia y confía en que Dios guiará tus decisiones, tal como lo hizo con Moisés.
Sugerencias para la oración
- Alabado sea Dios porque un día los justos serán plenamente recompensados.
- Busca la gracia de Dios para ser obediente cuando enfrentes decisiones difíciles.
Para estudio adicional
Lea el relato de Esteban sobre Moisés en Hechos 7:20-39.