Devocional Diario

Vivir una vida plena

"Hebreos 11:13-16"

Vivir una vida plena

Todos estos murieron en la fe, sin haber recibido las promesas, sino habiéndolas visto y saludándolas desde lejos, y confesando que eran extranjeros y peregrinos sobre la tierra. Porque los que dicen esto dan a entender que buscan una patria. Y si hubieran estado pensando en aquella de donde salieron, habrían tenido oportunidad de volver. Pero anhelan una mejor, la celestial. Por eso Dios no se avergüenza de ser llamado su Dios, pues les ha preparado una ciudad (Hebreos 11:13-16).

Descansar en las promesas de Dios trae verdadera satisfacción.

Recuerdo haber presenciado con horror y repugnancia cómo turbas enfurecidas arrasaban Los Ángeles, asesinando gente e incendiando miles de edificios. Aprovechando el caos, innumerables personas saquearon y robaron todas las tiendas a su paso. Vi familias enteras —madres, padres y niños pequeños— cargando sus coches y camionetas con todo lo que podían robar.

Esa fue la demostración más gráfica de ilegalidad que jamás haya visto. Era como si dijeran: “No estoy satisfecho con cómo me trata la vida, así que tengo derecho a tomar todo lo que pueda, sin importar a quién perjudique en el proceso”.

Quizás no nos damos cuenta de lo egoísta e inquieto que puede ser el corazón humano hasta que se levantan las restricciones de la ley y el orden y la gente puede hacer lo que quiera sin consecuencias aparentes. Entonces, de repente, vemos las consecuencias de nuestra sociedad egoísta y sin Dios tal como son. La gratificación instantánea a cualquier precio se ha convertido en el lema imperante.

Esto contrasta marcadamente con personas de fe como Abraham, Isaac y Jacob, quienes confiaron en Dios incluso cuando sus circunstancias no eran las esperadas. Dios les prometió una tierra magnífica, pero nunca la poseyeron. De hecho, eran extranjeros y refugiados en su propia tierra. Pero eso no les preocupó, porque anhelaban un lugar mejor: la ciudad celestial.

Su fe agradó a Dios y Él no se avergonzó de ser llamado su Dios. ¡Qué testimonio tan maravilloso! Oro para que sea así en tu caso. No permitas que las esperanzas y los sueños terrenales te causen insatisfacción. Confía en las promesas de Dios y fija tu mirada en tu hogar celestial.

Sugerencias para la oración

Doy gracias a Dios por la bendición de un corazón satisfecho.

Para estudiar más

Memoriza el Salmo 27:4 .

Tomado de los devocionales diarios de John MacArthur. Copyright © 2025, Gracia a Vosotros. Todos los derechos reservados.
Usado con permiso. Visita www.gracia.org